LAS TIC Y EL APRENDIZAJE

Las nuevas TIC o TIC digitales no reside en su naturaleza de tecnologías para la información y la comunicación. Los seres humanos hemos utilizado siempre tecnologías diversas para transmitir información, comunicarnos y expresar nuestras ideas, sentimientos, emociones y deseos, desde las señales o símbolos tallados en la piedra o en la corteza de un árbol y las señales de humo, hasta el telégrafo, el teléfono, la radio o la televisión, pasando por los gestos y los movimientos corporales, el lenguaje de signos, el lenguaje oral, la lengua escrita o la imprenta.

 

La novedad tampoco reside en la introducción de un nuevo sistema simbólico para manejar la información. Los recursos semióticos que encontramos en las pantallas de los ordenadores son básicamente los mismos que podemos encontrar en un aula convencional: letras y textos escritos, imágenes fijas o en movimiento, lenguaje oral, sonidos, datos numéricos, gráficos, etc.

 

La novedad, en definitiva, reside más bien en el hecho de que las TIC digitales permiten crear entornos que integran los sistemas semióticos conocidos y amplían hasta límites insospechados la capacidad humana para representar, procesar, transmitir y compartir grandes cantidades de información con cada vez menos limitaciones de espacio y de tiempo, de forma casi instantánea y con un coste económico cada vez menor (Coll y Martí, 2001).

 

Con ayuda de las TIC se posibilita el desarrollo de actividades e interacción tanto en tiempo real como asíncronas. Las y los estudiantes utilizan las TIC cuando quieren y donde quieren para acceder a la información, para comunicarse, para debatir temas entre ellos o con el profesor, para preguntar, para compartir e intercambiar información.

 

Ahora bien, todas las TIC, digitales o no, sólo devienen instrumentos psicológicos en el sentido vygotskiano cuando su potencialidad semiótica es utilizada para planificar y regular la actividad y los procesos psicológicos propios y ajenos. En este sentido, la potencialidad semiótica de las TIC digitales es sin duda enorme. Y, en consecuencia, su potencialidad como instrumentos psicológicos mediadores de los procesos intra e inter-mentales implicados en la enseñanza y el aprendizaje también lo es. Ahora bien, lo que nos interesa destacar aquí es que la potencialidad mediadora de las TIC sólo se actualiza, sólo se hace efectiva, cuando estas tecnologías son utilizadas por nuestras estudiantes y profesores para planificar, regular y orientar las actividades propias y ajenas, introduciendo modificaciones importantes en los procesos intra e inter-psicológicos implicados en la enseñanza y el aprendizaje desarrollando las habilidades digitales.

 

Entonces, su uso puede apoyar el aprendizaje de conceptos, la colaboración, el trabajo en equipo y el aprendizaje entre pares. Además ofrece simulaciones, modelados y mapas conceptuales que animen y provoquen respuestas más activas y relacionadas con el aprendizaje por exploración por parte de los estudiantes. Las TIC pueden ser utilizadas para crear situaciones de aprendizaje que estimulen a nuestras estudiantes a desafiar su propio conocimiento y construir nuevos marcos conceptuales. Es así, como las TIC se han convertido en un aliado indiscutible, cuando de enseñar se trata.


Entornos Virtuales

 

Las TIC, como experiencia o práctica social, se manifiestan en la secuencia de tareas que realizamos en un entorno virtual. Para el usuario común, estas representan, más que un conjunto de programas y de servicios a utilizar, una serie de interacciones con el entorno virtual a través de acciones y reacciones, percepción de interfaces y navegación por la red.

 

Cuando las TIC se aplican en un entorno virtual, ayudan a las y los estudiantes a buscar y analizar información, solucionar problemas y, en general, a convertirse en usuarios creativos y eficaces, colaboradores, productores, comunicadores, ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir con la sociedad. Y es el docente la persona responsable de adaptar el entorno virtual para generar oportunidades de aprendizaje con las TIC. En nuestro proyecto los docentes de manera creativa diseñaron, elaboraron e implementaron estrategias ambientales con el objetivo de desarrollar las habilidades digitales para promover una actitud reflexiva y práctica frente al cambio climático.

 

En este sentido, el carácter pedagógico de esta experiencia nos exige reflexionar sobre cómo apoyar el desenvolvimiento autónomo de nuestros estudiantes en los entornos virtuales, tarea que representa, a la vez, un desafío y una oportunidad para el docente más aún del nivel secundario.


Las competencias digitales

 

Según las Rutas de Aprendizaje propuesto por el Ministerio de Educación “Comunicación en entornos virtuales” (2015), nos presenta dos competencias que todo estudiante deberá lograr al culminar la educación básica regular. Esta competencia supone que el estudiante participa de los entornos virtuales (que articulan hardware, software y redes) o está influido por estos; que necesita conocerlos analítica y críticamente; que debe producir y realizar interacciones entre ellos; y, finalmente, que requiere orientar, sistematizar y valorar sus creaciones (formatos digitales) y actividades de manera colaborativa o en red para dar forma a su visión personal y compaginar esta con su actuación en esos entornos. Es así como nuestro objetivo es desarrollar las habilidades digitales para que se desenvuelvan e interactúen de manera responsable.

EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL PERÚ

El Cambio Climático ya está ocurriendo en el Perú. El hielo de los glaciares se está derritiendo. Se han producido más inundaciones provocadas por el Fenómeno El Niño; también hay más sequías en la Sierra, así como huaicos y deslizamientos en la Costa, la Sierra y la selva.

 

En las últimas dos décadas el Perú se ha visto seriamente afectado por el Fenómeno El Niño (FEN) -en Piura sus impactos han sido devastadores-. A ello se suma el retroceso de nuestros glaciares tropicales con terribles consecuencias en el régimen hídrico.

 

En la región central del país, en la Cuenca del Mantaro, que abarca los departamentos de Paseo, Junín, Huancavelica y Ayacucho, se necesita realizar estudios de adaptación; mientras que, debido a las heladas, en Apurímac y Puno urgen acciones inmediatas porque la vida de humildes pobladores de origen indígena y sus fuentes de sustento y desarrollo están siendo afectadas seriamente.

 

En definitiva, somos un país muy vulnerable al cambio climático. Sin embargo, siendo el Perú un país de bosques, ocupa un lugar importante en las estrategias de control de los efectos de la alteración climática y ambiental y como consecuencia de las negociaciones internacionales vinculadas a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tiene la posibilidad de gestionar financiamientos que ayuden a conservar los bosques en pie y orientar un manejo responsable y sostenible de los recursos forestales. Un importante incentivo para reducir la contaminación que producen las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) son los Bonos de Carbono, establecidos por el Protocolo de Kioto.

 

Definición

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático define el cambio climático como:

 

“el cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables”
(CMNUCC, Artículo 1, segundo párrafo).”

 

En ese sentido, es importante diferenciar el concepto de “variabilidad climática” y el de “cambio climático”. Mientras que el primero se debe a causas naturales, el cambio climático es producto de distintas actividades humanas- como el uso intensivo de combustibles fósiles, la quema de bosques y el cambio de uso de las tierras- que aumentan la concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera. Esto genera el aumento de las temperaturas e incrementa la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos.

 

Causas

El Cambio Climático es un serio problema causado por el hombre debido a:

  • El uso intensivo de combustibles (carbón, petróleo, gasolinas, diesel y los combustibles derivados del petróleo).
  • La tala y quema de la Selva y los bosques.

En consecuencia, ya sea directa e indirectamente, el hombre está alte­rando lo composición de la atmósfera mundial, lo que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables.

 

Consecuencias

Entre las consecuencias producidas por el cambio climático tenemos, los problemas de salud, la facilidad de reproducción de algunos insectos que provocarán enfermedades a las plantas y afectarán a los cultivos, el aumento de la deshidratación y, por tanto, de la demanda de agua potable, el aumento en la cantidad de agua en mares y océanos, el aumento de la frecuencia e intensidad de las tormentas, tornados y huracanes, peligro de extinción de numerosas especies vegetales y animales, entre otras.

 

En nuestro país se viene y continuará afectando los ecosistemas en múltiples formas, incluyendo la disminución de las poblaciones de diferentes especies marinas, la reducción de producción de determinados alimentos en los valles interandinos, la reducción en un 39% de los glaciares de la cordillera Blanca. En los siguientes diez a quince años se ha pronosticado la desaparición de los glaciares menores a 5 500 msnm, riesgos de mayores incendios forestales sobre la Amazonía, entre otros. Además, la inestabilidad climática y la falta de acciones sanitarias en los domicilios originan que se expanda el mosquito Aedes aegypti transmisor del dengue favoreciendo su expansión.

 

El cambio climático, a mediano y largo plazo, afectaría las oportunidades y capacidades en nutrición, salud, educación, economía y diversos aspectos de la población del Perú.

 

En el acuerdo arribado en la cumbre de París (COP21), se aprobó no rebasar un aumento de dos grados centígrados de la temperatura ambiental y "perseguir los esfuerzos" para limitar el aumento a 1,5 grados y lograr así elevar el control de los eventos extremos y de “los impactos más catastróficos del cambio climático”.

 

Frente a este problema, muchas escuelas entre ellas la nuestra, venimos desarrollando acciones y proyectos dedicados a la mejora y conservación del ambiente y la salud; con proyectos que promuevan una alimentación saludable, la prevención de riesgo, el ahorro del agua, la prevención del sika, chikungunya y dengue, la importancia de la segregación de residuos sólidos, entre otros.

 

El Perú y los compromisos frente al cambio climático

El Perú es país parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) desde 1992 y en 1993 ratificó dicho tratado internacional, confirmando oficialmente el compromiso del país de contribuir al objetivo de dicha Convención de “estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y evitar llegar a un nivel de interferencia antropogénica peligrosa”. Nuestro país ratificó este compromiso al incorporarse al Protocolo de Kioto, en 2002.

 

Con la presentación de la Tercera Comunicación Nacional, el Perú cumple una vez más con sus obligaciones internacionales asumidas ante la Convención. El periodo comprendido entre diciembre de 2014 y setiembre de 2015 fue una etapa significativa para la gestión del cambio climático en el país, en un contexto marcado por el desempeño del Perú como Presidencia de la COP20/CMP10. En este lapso se aprobó la nueva Estrategia Nacional ante el Cambio Climático  (ENCC); se formuló la Contribución Prevista y Determinada a Nivel Nacional; se elaboró el Primer Reporte Bienal de Actualización; se aprobaron normas como las Disposiciones para la elaboración del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (Infocarbono), los Reglamentos de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre y de la Ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos; se creó Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montañas; entre otras medidas complementarias, pero no menos relevantes. Estos son hitos importantes que demuestran el compromiso del Perú para promover la gobernanza, la institucionalidad y los aspectos normativos en cambio climático, con miras a construir un país climáticamente responsable que se adapta a los efectos adversos y aprovecha las oportunidades que impone este fenómeno global, sentando las bases para un desarrollo sostenible bajo en carbono.